El PSOE ha instado al Partido Popular a que elimine las pérdidas en el juego como pérdidas patrimoniales, haciendo referencia al efecto que éstas tienen sobre el IRPF, y añadiendo otras medidas tributarias que permitan incrementar las finanzas públicas, ya que en la práctica, esto supondría un aumento de la carga impositiva en aquellos ciudadanos que, actualmente, se estaban beneficiando de esta consideración, donde al juego se le consideraba un empleo de renta disponible, es decir, una actividad económica más, como por ejemplo, trabajar como autónomo.
Para los socialistas, la actual Ley 13/2011, de regulación del juego, «dispensa un trato más favorecedor a las pérdidas en el juego que a los gastos por enfermedad, a los gastos por desplazamiento hasta el puesto de trabajo, y a los gastos asociados a la formación del propio trabajador o de sus hijos, ya que éstos no pueden ser deducidos de sus declaraciones de IRPF«.
Ahora, el PSOE insiste en que con esta modificación, “el Gobierno está empleando el sistema fiscal para incentivar el juego, una conducta adictiva con efectos sociales indeseados que debe ser estrictamente regulada, ponderando mediatamente los distintos intereses que se confrontan«.
Además, los socialistas entienden que desde un punto de vista práctico, esta medida puede provocar la anulación de la tributación efectiva de las ganancias, al poderse compensarse con pérdidas. «Hay que considerar que la justificación de las pérdidas, en especial aquellas procedentes del juego presencial, donde no hay evidencia alguna, quedará en manos de los operadores de juego que, lógicamente, serán los buenos clientes quienes siempre ganen«.
Por otro lado, el PSOE también ha solicitado al Gobierno a que habilite mecanismos de control en lo que respecta a las máquinas tragaperras, con la mayor urgencia posible, al entender que son «la modalidad de juego con mayor riesgo de adicción que existe«.
De este modo, ha indicado que el crecimiento de las ludopatías y el juego patológico están en relación directa con el incremento y la difusión de la oferta de juego, aunque se hayan aplicado restricciones muy limitadas. «En España, el incremento del juego ha sido exponencial desde su legalización en 1977. España es, actualmente, junto con Alemania, el país con mayor gasto en juego per cápita de Europa y uno de los mayores del mundo«, aclaran.
Por último, explican que después de las máquinas tragaperras, los juegos on-line suponen el mayor problema en nuestro país, en lo que adicción se refiere. «El perfil del jugador on-line es joven, existiendo casos de menores que consiguen vulnerar el proceso de verificación, debido a lo fácil que resulta. Además, la relación entre el tiempo de exposición a los juegos on-line y el comienzo de la adicción es significativamente reducido«.