La Cola de Caballo como calmante para el dolor óseo

La Cola de Caballo (Equisetum Arvense) es una planta cuyas propiedades terapéuticas permiten remineralizar y reducir la inflamación de los huesos afectados por diversas enfermedades óseas.

Además, es un remedio efectivo contra el dolor óseo, una dolencia crónica y tremendamente molesta que afecta a la calidad de vida de cualquier persona.

Tradicionalmente, la Cola de Caballo ha sido conocida por sus propiedades diuréticas, las cuales, también permiten reducir el dolor producido por determinadas enfermedades en las articulaciones, como por ejemplo, la gota o la retención de líquidos en las mujeres.

No obstante, tal y como hemos mencionado anteriormente, ahora veremos cómo posee también distintos compuestos orgánicos que posibilitan la remineralización de los huesos, ayudándolos a desinflamarlos de forma natural.

La Cola de Caballo presenta un alto porcentaje de minerales (aluminio, óxido de hierro, sílice, potasio y manganeso), los cuales, ayudan a proteger el tejido conjuntivo, muy presente en los huesos.

En este sentido, la protección del tejido productivo provoca a su vez la reducción de dolor óseo, previniendo las inflamaciones de las articulaciones provocadas por enfermedades tanto agudas como crónicas.

Del mismo modo, los altos niveles de otros compuestos como las saponinas, los flavonoides y determinados alcaloides naturales son los encargados de que dichos beneficios actúen de forma rápida sobre los huesos.

En cuanto a las enfermedades contra las que la Cola De Caballo resulta eficaz, tenemos:

– Osteoporosis.

– Artritis

– Tendinitis.

– Dolor a causa de fracturas.

– Distensiones.

Concluyendo con este apartado, mencionaremos que estas mismas propiedades permiten también evitar la caída del pelo, mejorar su crecimiento, así como fortalecer las uñas.

Cómo consumir la Cola de Caballo

La infusión es el método más efectivo y sencillo de preparar la Cola de Caballo. Si se va a consumir esta infusión durante un tiempo prolongado, se recomienda tomarla en pequeñas dosis (no más de dos tazas diarias). Esta sugerencia trata de evitar posibles complicaciones derivadas de su acción diurética.