La coalición para prohibir el juego online en EEUU, patrocinada por el magnate de los casinos Sheldon Adelson, ha lanzado un nuevo vídeo polémico como parte de su campaña contra esta modalidad de juego, en el cual, desde su punto de vista, la utilización de un smartphone y el inofensivo Angry Birds en manos de un adolescente, puede ser el primer paso para provocar una adicción al juego.
Este nuevo vídeo, titulado «Don’t Bet on It», muestra a un joven de aspecto inocente que juega en su dispositivo móvil, al igual que lo hacen sus amigos, y que tras descubrir la contraseña del ordenador de su padre, accede a través de su teléfono a diversos sitios web de juego online.
En un determinado momento, el joven no sólo se conforma con jugar en sitios de juegos sociales de casino, sino que opta por apostar en webs con dinero real, utilizando la tarjeta de crédito de su padre.
«Estaba jugando al Angry Birds y después, ya sabes, lo encontré«, narra durante el vídeo el adolescente, mientras aparecen las imágenes de un juego de blackjack y mesas de poker online en la pantalla. «Es fantástico saber que estoy jugando a un juego real, y no sólo a uno como Candy Crush o Fruit Ninja«.
Así pues, el mensaje del vídeo es claro: proporcionar a un niño un smartphone, es un riesgo para que pueda desarrollar una grave adicción al juego. El anuncio intenta demostrar que jóvenes como el que protagoniza el spot, expertos conocedores de la tecnología, pueden fácilmente acceder a la cuenta bancaria de sus padres y comenzar a gastar dinero en los sitios web de juego online. «La ruleta es genial… el poker es lo mejor«, narra el muchacho, a pesar de que se observa claramente que no tiene ni idea de cómo jugar y está perdiendo dinero.
De este modo, la coalición para frenar el juego en Internet, Coalition to Stop Internet Gambling, comenzó a lanzar vídeos a principios de este año como parte de una campaña de sensibilización contra el juego online. El primero de los vídeos publicados sugería que la práctica del juego online no sólo destruía las vidas y los hogares de miles de familias, sino que también, ayuda a la financiación de bandas mafiosas y terroristas.