Análisis del juego Thor

Análisis del juego Thor. La última apuesta de Liquid Entertainment se pierde en derroteros que no terminan de acercar al jugador la verdadera esencia de Thor, ni tampoco la de la película, ni que decir tiene de un verdadero juego de acción.

A medio camino entre la búsqueda de lo original y la total confusión de los valores que se presentan, el héroe de moda no tiene suerte en su aventura virtual.

El argumento es la piedra angular sobre la que gira esta adaptación de Thor. Ha sido supervisado por Matt Fraction, uno de los encargados del cómic original, con lo que se supone que se gana parte de la esencia original.

Este capítulo de Thor basa su contenido en varias de las historias aparecidas en el cómic (extraídas a su vez de la propia mitología), entre ellas las de Ulik, Ymir y Surtur.

Desgraciadamente, la historia es incapaz de despertar el interés suficiente como para obligar a los jugadores a no levantarse del sillón hasta que aparezcan los títulos de crédito, algo que para más inri, tampoco se hace esperar demasiado dada la brevedad del modo principal de juego.

La tendencia que sigue el juego es que carece de estilo o de una perspectiva que se siga de principio a fin, desaprovechando el rol de un Odín majestuoso o de un Loki, que por momento supera en carisma al legendario Thor.

A la falta de ambición del argumento hay que sumar la escasez de ideas de una mecánica de juego, que se ha visto un centenar de veces en el pasado, sólo que esta vez llevada a la práctica sin la menor ambición.

Thor camina en línea recta, sin zonas que explorar, apenas con unos cuantos objetos que debemos buscar para completar los logros y retos que el juego ofrece desde el menú principal, una manera de justificar una segunda partida.

Inevitablemente se ha de destacar la rigidez de los personajes al interactuar entre sí, la ausencia de detalles en cuanto al aspecto físico y los problemas de cámara, cuando la acción se visualiza en planos cortos.

Thor es un complemento insípido de la película que se estrena estos días, cuya recomendación es difícil dado que no cumple los estandartes de su género ni tampoco de lo que consideramos apropiado para justificar un desembolso de más de 50 euros.