La enfermedad degenerativa articular (EDA), también conocida como osteoartritis, es una de las enfermedades degenerativas no inflamatorias más comunes en los perros. Consiste en un deterioro progresivo de la articulación donde se ven afectados tanto los tejidos blandos como los huesos que la conforman.
Son varias las principales causas que provocan la EDA, pudiendo señalar: la obesidad, la edad, un golpe o un defecto congénito como es la displasia.
Los síntomas internos de la EDA pueden provocar cojera ocasional, paso torpe, disminución de la actividad, largos periodos de inactividad, etc… No obstante, dichos síntomas pueden variar según el perro y el grado en el que la EDA esté desarrollada.
Es aconsejable que cuando notemos alguno de los síntomas mencionados, llevemos a nuestro perro al veterinario para que le practique un reconocimiento médico completo y podamos descartar o confirmar, si nuestro perro manifiesta EDA o no.
Para esta enfermedad no existe una cura exacta, pero sí hay varios tratamientos que pueden paliar el dolor y los síntomas que padezca el perro.
Si el grado en el que se presenta la EDA es leve, se recomendará un tratamiento médico basado en fármacos, como la condroitina, la cual, evitará el desgaste prematuro del cartílago articular, aliviando así el dolor. Si por el contrario el grado de la enfermedad es grave y con fármacos no se logra mejoría, debe barajarse la opción de operar.
Para poder prevenir esta enfermedad o intentar que, si aparece, se manifieste lo menos posible, es recomendable ofrecer a nuestro perro una dieta y un ejercicio equilibrado, sobre todo durante su crecimiento, evitar los suelos duros y fríos, y proporcionarle un lugar confortable y cómodo donde pueda descansar.
Si por el contrario, no tenemos en cuenta todo lo anteriormente dicho, es posible que nuestro perro padezca de EDA, llegando a presentar síntomas y dolor que le eviten llevar una vida normal, como por ejemplo: cojera, dolor, atrofia muscular o incapacidad para moverse.