Carmen Chacón fue nombrada Ministra de Defensa bajo la oposición de Zapatero quien pensó en Elena Salgado

Carmen Chacón obtuvo la cartera de Defensa pese a la oposición inicial de Zapatero, quien había designado a Elena Salgado como sucesora de José Bono. Dicho nombramiento se pactó en una cena privada a la que asistieron Pepín Blanco, Miguel Barroso (marido de Chacón) y Javier de Paz.

Así lo confiesa por lo menos Diego Armario en su libro “El PSOE en llamas”, el cual, acaba de ser publicado en La Esfera de los Libros.

En él narra cómo Blanco concertó esta cena privada para “intentar reconciliarse” con Miguel Barroso, y que durante la conversación de sobremesa, se comentó que Zapatero tenía la intención de “colocar a una mujer en Defensa”.

Al ser preguntado sobre quién sería la elegida, Blanco comentó que Zapatero se lo iba a proponer a Elena Salgado, debido a que “ya tenía una edad, estaba bastante preparada y además proyectaba una imagen de autoridad al exterior”.

Esta fue la conversación que mantuvieron los comensales, tras conocer las intenciones de Zapatero.

– “No fastidies, Carme ofrece una mejor imagen para ese ministerio. Si la nombra a ella, el jefe dará un sorprendente golpe de efecto”, replicó Barroso.

– “Hombre, yo pienso que ya lo tiene prácticamente decidido en favor de Salgado”, respondió Blanco.

– “Y yo te vuelvo a decir que se equivocaría gravemente, si decide obviar esta oportunidad única. Carme es joven, es catalana y está embarazada, tres cualidades que tanto la opinión pública como los medios de comunicación valorarán enormemente”, alegó Barroso.

Al concluir la cena y antes de que los invitados regresaran a sus domicilios, Blanco decidió telefonear a Zapatero.

– “Presidente. Tengo a la candidata ideal para ministra de Defensa. Vas a quedar encantado”.

– “¿Quién?”, preguntó sorprendido Zapatero.

– “¡Carme Chacón! ¿Te la imaginas dando órdenes a los militares y estando embarazada?”, contestó entre risas Blanco.

En ese instante, Zapatero contuvo el silencio durante unos segundos, y respondió: “No es mala idea”.

Cuando Blanco colgó el teléfono, confirmó sonriente a Barroso: “Esto está hecho. El jefe ha comprado la propuesta”.