Causas y tratamiento de la Dermatitis Atópica en el bebé

La Dermatitis Atópica es una enfermedad de la piel que se caracteriza por un picor intenso, piel extremadamente seca y muy sensible, con irritación e inflamación de la misma.

Es una enfermedad benigna, aunque de carácter crónico y de larga duración. Se presenta en forma de brotes, y puede afectar a cualquier edad. En los bebés, los brotes se ubican en las mejillas, en el cuero cabelludo, en el tronco y en las caras externas de las extremidades.

Se desconoce su origen, pero en su desarrollo influyen varios factores: genéticos, inmunológicos y trastornos de la función de la barrera de la piel.

Si vuestro bebé presenta Dermatitis Atópica, no os alarméis, no es contagiosa, pero debéis actuar rápidamente para aliviar sus molestias y evitar que los brotes crezcan. Para ello os vamos a dar una serie de consejos:

Los cuidados y la higiene

– Baña a tu bebé en agua templada, prolongando el baño no más allá de 10 minutos.

– Evita las manoplas y las esponjas de baño, no debes frotar la piel de tu bebé.

– Utiliza geles de baño que no resequen la piel, con un pH neutro.

– Seca a tu bebé con una toalla suave sin frotarlo.

– Masajea a tu bebé después del baño, le ayudará a relajarse.

– Aplícale una crema específica para pieles atópicas justo después del baño, cuando la piel aún está húmeda.

– Mantén las uñas de tu bebé cortas y limpias, evitando así que se haga heridas si se rasca.

La ropa

– Utiliza ropa de algodón, tanto en su vestuario como en la ropa de cama.

– Evita la ropa de lana y sintética, ya que le proporcionará excesivo calor, auméntale los picores.

– Cuando laves la ropa, asegúrate de aclararla bien, y nunca utilices suavizantes ni lejías.

– Cálzalo con zapatos de piel o tela que tengan buena transpiración.

La alimentación

– Prolonga la lactancia materna todo lo que puedas y consulta al pediatra qué alimentos debe comenzar a tomar tu bebé.

El entorno

– La temperatura y la humedad del hogar deben ser constantes, evitando ambientes secos.

– Ventila diariamente todas y cada una de las habitaciones de tu casa.

– Evita remover el polvo utilizando la aspiradora.

– No pongas en la habitación de tu bebé peluches o alfombras que acumulen polvo en exceso.

– Cuando salgáis a pasear, protege la piel de tu bebé con una crema solar de alta protección para pieles infantiles, y evita las horas centrales del día.

Siguiendo estos consejos, lograrás que tu bebé se recupere antes pudiendo disfrutar de cada momento con total felicidad.