Cómo afrontar el fracaso escolar

El rendimiento académico de los hijos es un tema que supone una importante preocupación para los padres y todo el entorno familiar, ya que en la actualidad, el fracaso escolar sigue siendo una problemática muy común.

En este caso, las familias suelen dedicar mucho esfuerzo y tiempo para solucionarlo, sin embargo, son muchas las ocasiones en las que no se obtiene el resultado deseado, lo que acarrea consecuencias graves tanto en el ámbito individual del adolescente como en el del resto de la familia.

Por esta razón, es fundamental evitar el fracaso escolar, atajándolo desde un primer momento (antes incluso de que aparezca), establecimiento medidas que permitan que los pequeños obtengan el éxito en sus estudios y completen un desarrollo personal global que les lleve a ser adultos felices y capaces de alcanzar sus metas.

Veamos a continuación algunas medidas que pueden adoptarse durante la niñez para tratar de evitar el fracaso escolar en la adolescencia:

Crear un hábito de estudio. Esto permitirá que el adolescente vea el estudio no como un esfuerzo agotador, sino como una actividad de provecho y necesaria.

Proporcionar un lugar de estudio. Debe ser tranquilo y adecuado para que el niño estudie o realice sus tares, de la forma más cómoda posible.

Animar en lugar de reñir. Si se cansan y deciden abandonar la tarea, es necesario persuadirles de que no lo hagan, animándole y recompensándole, nunca castigándole.

Fomentar la motivación. Motivar es la clave de un buen estudio, por lo tanto, es necesario hacerle ver que puede lograrlo y que superar este tipo de dificultades le proporcionará una satisfacción personal.

Conocer al estudiante. Cada caso es único, ya que cada persona tiene sus propias características y circunstancias. Si el pequeño presenta dificultades de aprendizaje deberemos actuar de un modo distinto a si dichos problemas con los estudios fueran de índole más personal.

Ofrecer un ambiente familiar saludable. Es importante que el niño viva en un ambiente familiar y social saludable, en el que los conflictos y el malestar emocional se eviten en la medida de lo posible.

Aplicar una estimulación temprana. Estimular el aprendizaje de forma prematura le permitirá desarrollar sus capacidades lecto-escritoras, lo que a la larga le facilitará aprender cosas nuevas.

Entrenar su atención. Proporcionales un espacio libre de distracciones para el estudio, permite incrementar sus tiempos de atención y concentración de forma progresiva.

Así pues, todas estas recomendaciones pueden aplicarse durante la infancia, reduciendo de forma significativa un hipotético fracaso escolar.