Cómo afrontar las peleas entre hermanos

Cuando los hijos alcanzan la edad de 4 ó 5 años, suelen producirse los primeros conflictos con su hermano mayor, los cuales, deben ser desde un principio atajados, con el objetivo de que su relación mejore y sea saludable.

Cómo evitar las peleas entre hermanos

Lo primero de todo consistirá en crear un ambiente donde esté presente la interacción positiva, es decir, donde se eviten las discusiones delante de los hijos, donde se hable con corrección, sin insultar y sin herir personalmente a los demás, ya que los padres son los primeros modelos a imitar de sus hijos.

También habrá que enseñarles a los hijos a expresar sus sentimientos, aunque sean de enfado y rabia, canalizando dichos sentimientos sin llegar a la pelea o el insulto, es decir, que los niños recapaciten antes de actuar, cuando su primera motivación sea de carácter agresivo.

Cuando alguno de los hijos se enfade, le deberemos decir: “Sé que sientes mucha rabia, pero debes calmarte antes de hablar conmigo. Cuando lo hayas hecho, entonces podrás explicarme por qué te has enfadado”.

Deberemos dedicar cada semana un tiempo específico a cada uno de los hijos, de tal modo que sepan qué momento les pertenece a cada uno.

Enseñarles formas de compartir y de pedir correctamente las cosas. A los más pequeños (hasta los 10 años aproximadamente) les podemos asignar media hora al día para que la dediquen a prestarse los juguetes o el turno de la videoconsola.

Por último, evitaremos hacer comparaciones entre ellos, fomentando actividades y juegos no competitivos, donde la colaboración permita obtener el premio.

Cómo actuar si la pelea ya se ha producido

En los niños más pequeños (hasta los 5 años aproximadamente), si vemos que van a empezar a discutir, deberemos redirigir su atención distrayéndolos con otra actividad, como por ejemplo, poniéndoles algo en la Tv, proponiéndoles una actividad diferente de la que estaban realizando, contándoles un cuento, etc…

Evitar ser el árbitro de la disputa, señalando a uno de los dos como responsable primero de la pelea, mostrando nuestro disgusto ante la situación que se está viviendo.

Si los hermanos son ya algo más mayores, en el momento en el que se inicie una pelea, siempre que no haya riesgo de agresión física, deberemos mantenernos al margen, salir de la habitación y esperar a que sean ellos quienes después de la discusión inicial, acudan de “motu propio” a arreglar la situación.