Cómo ayudar al gato a meterse en el transportín

Todos los que tenemos o hemos tenido un gato como mascota sabemos de la dificultad de meterlo en un transportín, cuando íbamos al veterinario o lo teníamos que sacar de casa por cualquier otra razón.

En este caso, y a pesar de ser un artículo indispensable cuando se tiene un felino como mascota, éste no suele aceptar de buen grado entrar en él, aunque únicamente vayamos a realizar un trayecto corto.

Para simplificar esta incómoda tarea, en el siguiente artículo vamos a exponer algunos prácticos consejos para escoger y acondicionar el transportín, así como para introducir al gato sin crearle estrés en el proceso.

Selección del transportín

Lo fundamental consiste en saber escoger el transportín adecuado, el cual, debe ser preferiblemente rígido, con rejillas, desmontable y con aperturas superiores y frontales, algo que permitirá introducir al felino por la parte superior.

Acondicionamiento del transportín

Tan importante es escoger el transportín adecuado como acondicionarlo posteriormente, para que el gato se pueda sentir lo más cómodo y tranquilo posible.

Para lograr tal objetivo, el transportín deberá tener el espacio suficiente, en caso de que vayamos a realizar un viaje de larga distancia, para albergar una cama, comida, agua, e incluso, un pequeño arenero.

Además, es buena idea que antes de cualquier viaje intentemos que el felino se acostumbre a dicho accesorio, para lo cual, deberemos dejarlo a su disposición, permitiendo que lo explore libremente. También será una buena idea colocar en el interior de la cabina premios y golosinas.

Consejos para introducirlo

Lo más recomendable es introducirlo por la parte superior de la cabina, pero si no fuera posible, entonces lo haríamos de espaldas con ayuda de una segunda persona.

En casos extremos, donde el gato sienta pánico y se resista con todas sus fuerzas, el veterinario puede recetarle un tranquilizante al gato.

Por último, debemos tener en cuenta que igual de importante que la entrada es la salida, así que al concluir el viaje, lo mejor es dejar la puerta abierta y permitir que el gato salga cuando quiera y sin presiones.