Cómo evitar y tratar a la Vaquita del Olmo

La Vaquita del Olmo (Xanthogaleruca luteola) es un tipo de escarabajo de color verde amarillento con marcas longitudinales de color negro, el cual, se ha convertido en una gran amenaza para los olmos, ya que una vez ha colonizado uno, puede devastarlo en poco tiempo.

Los huevos son de color anaranjado, y son depositados por las hembras en el envés de las hojas formando filas paralelas. Cuando estos huevos eclosionan, dan lugar a las larvas, que son de color negro, las cuales, se irán aclarando según se vayan alimentando, dejando las hojas completamente transparentes.

En este caso, las larvas no agujerean las hojas, pero sí atacan a los nuevos brotes. Pasada una o dos semanas, las larvas se transformarán en adultos, quienes sí se alimentarán de las hojas, dejándolas totalmente agujereadas.

Si las condiciones ambientales son las adecuadas para ellos, pueden llegar a producir dos, o incluso, tres generaciones, llegando a coexistir todos en un mismo árbol. El ataque de la Vaquita del Olmo provoca que las hojas afectadas se caigan al suelo, obligando al olmo a producir más, debilitándolo y volviéndolo más vulnerable al ataque de otro tipo de plagas.

Tratamiento contra la Vaquita del Olmo

Es fundamental que en el momento en que observemos los primeros síntomas en nuestro olmo, procedamos a atacar esta plaga cuanto antes.

Para eliminar la presencia de la Vaquita del Olmo en nuestro árbol, podemos recurrir a dos soluciones, una casera, elaborada de forma natural, y otra comercial, elaborada mediante productos químicos.

La primera opción a la que debemos recurrir es a la natural, ya que de esta manera alteraremos lo menos posible el desarrollo de la planta que queremos tratar.

Este tratamiento consiste en mezclar 2 kg de frutos maduros de paraíso y 15 L de agua. Pasados unos 10 días, trituraremos la mezcla y aplicaremos el resultado sobre el tronco, las ramas y las hojas del olmo. De esta manera, nuestro insecticida casero inhibirá la alimentación de las larvas, las cuales, acabarán muriendo, evitando de ese modo la aparición de futuras generaciones.

Si a pesar de utilizar este insecticida casero, no obtenemos resultado, podremos recurrir, en última estancia, a insecticidas fosforados de acción sistemática en cápsulas o en aerosol, aunque éstos últimos se vuelven inefectivos cuando la plaga presenta un estado muy avanzado.