Cómo preparar el parto de una gata

El parto de una gata es una experiencia natural y que, muy probablemente, experimentaremos en algún momento si tenemos una gata como mascota. Por esta razón, es fundamental que tengamos en cuenta una serie de consideraciones que nos ayuden a que dicho proceso sea lo más agradable posible.

Si llega el caso de que nuestra gata se queda embarazada, debemos saber que será ella misma la que nos indicará cuándo ha llegado el momento del parto, por lo tanto, es fundamental conocerlas para así poder interpretarlas.

Antes de que se produzca el momento del parto, deberemos tener preparado un lugar donde la gata pueda dar a luz con las máximas comodidades posibles, y donde consigamos crear un ambiente que resulte ideal tanto para ella como para los gatitos que están por llegar.

Veamos a continuación las claves que nos permitirán ayudar a nuestra gatita en uno de los momentos más importantes de su vida.

Cómo saber que está de parto mi gata

El día antes de dar a luz, la gata mostrará una actividad mucho más reducida de lo habitual, y además, exigirá más comida de la normal (tanto en frecuencia como en cantidad), con el objetivo de poder disponer de una buena reserva de energías para cuando llegue el gran momento.

En ocasiones, algunas felinas, especialmente las primerizas, se mostrarán también nerviosas, maullando en exceso y buscando cariño y caricias de forma constante.

Cómo preparar el parto de mi gata

Las gatas suelen elegir el lugar en el que quieren dar a luz, el cual, coincidirá con aquel en el que se sientan más cómodas y protegidas. Cuando lo hayan escogido, deberemos prepararle allí un pequeño lecho donde pueda acomodarse, poniendo sobre éste varias toallas, para que así disponga de una base cómoda y cálida.

Una vez llegue el momento del parto, será fundamental que no molestemos ni atosiguemos a nuestra gata durante el proceso, ya que prefieren vivirlo en un ambiente de soledad donde nada pueda perturbarlas. Una vez hayan nacido los gatitos, podrás acercarte a ella, pero sin tocar a las crías.