Cómo tratar y prevenir la Bronquiolitis

La Bronquiolitis es una enfermedad que afecta a las vías respiratorias, provocando una inflamación y un estrechamiento de los bronquios, y por lo tanto, una dificultad al respirar. Esta enfermedad es provocada en los bebés por un virus denominado Virus Respiratorio Sincitial (VRS).

Cómo se manifiesta la Bronquiolitis en los bebés

La Bronquiolitis comienza como un resfriado común, presentando moco nasal claro, un poco de tos y, en algunos casos, fiebre leve o moderada.

Estos síntomas empeoran en uno o dos días, provocando que la tos se vuelva más constante y fuerte, lo que dificulta que el bebé duerma, y en ocasiones, le provoque vómitos. Además, el bebé también mostrará una respiración jadeante y se podrá escuchar una especie de “pitido” dentro de su pecho al respirar.

Los bebés que han padecido Bronquiolitis, suelen tener resfriados frecuentes en sus posteriores años de vida, dado que sus bronquios presentan cierta debilidad ante este tipo de afecciones.

Cómo tratar la Bronquiolitis en los bebés

En este tipo de enfermedad, lo más importante es asegurarse que el bebé pueda respirar, y dado que la Bronquiolitis se puede complicar, lo más aconsejable es acudir cuanto antes al Centro de Salud, para que examinen al pequeño y le receten los medicamentos que éste precise.

En complemento a ese tratamiento, se pueden llevar a cabo una serie de cuidados que aliviarán al bebé mientras dure su enfermedad:

– Limpiarle la nariz cuantas veces sea necesario para que no esté obstruida por la mucosidad.

– Mantenerlo incorporado para facilitar la respiración.

– Ofrecerle agua a menudo para que le ayude a ablandar las secreciones.

– Darle de comer poco a poco y sin forzarle.

– Instalar un humificador en la habitación, el cual, le ayudará a respirar mejor.

Cómo prevenir la Bronquiolitis en bebés

Debido a que el VRS se extiende por el contacto y con gran facilidad, se recomienda que se establezcan una serie de medidas higiénicas de carácter preventivo contra la Bronquiolitis.

– Se debe mantener una higiene personal y de los objetos que vayan a estar en contacto con el bebé, además de limpiar las zonas donde haya podido estar una persona con dicha enfermedad.

– Se aconseja emplear pañuelos desechables para evitar que los virus circulen.

– Se han de evitar los espacios cargados, así como exponer a los bebés al humo del tabaco, el cual, dificulta la entrada del oxígeno a las vías respiratorias y facilita el contagio de esta enfermedad.