Consejos para salir de excursión con el perro

Salir de excursión con un perro es una actividad muy satisfactoria tanto para él como para las personas que lo acompañan, y dado que las excursiones no se pueden llevar a cabo todos los días, es preferible realizarlas como premio, haciendo de esta experiencia una aventura para el perro.

Antes de salir de excursión con el perro, se ha de elegir el sitio idóneo a dónde ir, ya sea la playa, la montaña o el campo, los cuales, resultarán espacios perfectos dependiendo de la actividad que se quiera realizar, sin embargo, será necesario asegurarse de que en el sitio elegido estén permitidos los perros. Además, se ha de preparar con antelación todo lo necesario para el perro, como la correa, botellas con abundante agua, snacks o comida, bolsas para los excrementos y un botiquín sanitario.

No se le proporcionará comida al perro antes de efectuar el ejercicio, ya que ejercitarse con el estómago lleno, podría provocarle una indigestión. Del mismo modo, si el perro no está acostumbrado al ejercicio intenso, se adecuará la actividad a sus características, y si fuese necesario, se le proporcionará un producto en las almohadillas para protegérselas del desgaste de largas caminatas.

Durante el tiempo que dure la excursión, se mantendrá vigilado al perro, evitando que moleste a otros animales y que salga dañado. Se evitarán también las horas intensas de calor, parando a descansar cuando sea oportuno, aprovechando para beber agua y refrescar al perro si hiciese mucho calor. En este caso, habrá que evitar que el perro beba con demasiada ansia, ya que podría ocasionarle molestias en el estómago.

Cuando se regrese a casa, se dejará que beba el agua que quiera, aunque siempre con moderación, además, se revisará si presenta algún tipo de parásito o alguna hierba clavada en sus patas, y en caso de que se haya bañado en agua salada, se le deberá dar un baño con agua limpia para eliminar la sal o la arena que pudiese tener en su pelaje. Por último, se le dará su ración diaria de comida y se le dejará descansar.

Si se notase alguna anomalía en su comportamiento, como puede ser una herida o una cojera, se acudirá al veterinario para que lo examine.