Cultivo y cuidado de la Trufa Negra

Existe una gran variedad de trufas que se pueden encontrar en el mercado, pero una de las más valoradas es la Trufa Negra (Tuber melanosporum), también conocida como trufa de Perigord.

La Trufa Negra es un hongo que crece bajo el suelo formando micorrizas con ciertas especies vegetales. Esta asociación suele darse con robles, castaños y nogales, entre otros, pero especialmente con encinas.

Siembra de la Trufa Negra

La mejor manera de obtener resultados es sembrando árboles jóvenes que ya tengan el hongo presente en sus raíces. La plantación debe realizarse durante los meses de invierno, estableciendo una profundidad de 30-40 cm, y dejando un espacio lo suficientemente amplio entre árbol y árbol para que puedan desarrollarse de manera adecuada.

Condiciones climatológicas de la Trufa Negra

El clima idóneo para que se desarrolle la Trufa Negra se caracteriza por sus diferencias estacionales, ya que precisa tanto de calor como de frío para poder reproducirse. Los mejores lugares para ello son aquellos con gran incidencia solar y protegidos de las heladas continuas, ya que las trufas no las soportarían.

La temperatura media que necesita la Trufa Negra para su desarrollo se encuentra entre los 11 y los 14oC, llegando a soportar temperaturas máximas de 23-32oC, y temperaturas mínimas de entre -2 y -6oC.

Suelo de la Trufa Negra

La Trufa Negra es muy exigente en cuanto al suelo donde se reproduce, siendo necesario que éste sea ligero, alcalino (con un pH entre 7,5 y 8), que contenga carbonato cálcico, que presente un buen drenaje y disponga de una buena ventilación. A éste se le debe añadir un acolchado en verano para retener mejor la humedad.

A parte de todo esto, será importante escoger un suelo libre de otros hongos que puedan hacerles la competencia, lo cual, provocaría que la producción de la Trufa Negra fuese muy escasa o inexistente.

En cuanto al riego, precisará de abundante humedad, por lo que será importante establecer un sistema de riego para no depender sólo de las lluvias.

Si disponemos de un suelo con todos los requisitos mencionados, no será necesario abonar hasta que las trufas den una baja producción. En caso de que fuese necesario fertilizar, se evitarán los abonos nitrogenados.

Cosecha de la Trufa Negra

La recolección de la Trufa Negra se debe llevar a cabo en invierno, entre los meses de diciembre y marzo, utilizando para ello la ayuda de perros adiestrados capaces de rastrear las trufas, así como del machete trufero para retirar la tierra. En esta tarea, se deben evitar los objetos punzantes como los picos, ya que podrían dañarla plantación.

Es importante que una vez sacada la trufa, se vuelva a colocar la tierra extraída en su sitio, incorporando compost si fuese necesario. Del mismo modo, se evitarán sacar todas las trufas para que se vuelvan a reproducir con mayor facilidad.