Cultivo y mantenimiento del Ruibarbo

El Ruibarbo (Rheum X Cultorum) es una hortaliza con el tallo de color verde rosado que puede resultar una excelente alternativa de cultivo para nuestro huerto particular.

Antes de comenzar a detallar el proceso de sembrado y mantenimiento del Ruibarbo, será necesario aclarar que en el momento de cultivarlos, no podrán volver a ser trasplantados, de modo que el lugar que elijamos, será su ubicación definitiva.

También podremos elegir diferentes variedades de Ruibarbo a la hora de cultivar:

 

– Champagne Early: Presenta unos tallos luminosos de color rojo.

– Victoria: Consiste en una variedad de maduración muy tardía.

– Timperley Early: Presenta una tonalidad exterior rojiza pero de carne verde.

Siembra del Ruibarbo

Por lo general, el Ruibarbo debe ser plantado con tallo y con raíz, aunque en ocasiones sea posible la siembre directa de la semilla.

El sembrado del Ruibarbo podrá realizarse a comienzos de la primavera, o bien, a mediados de otoño, dejando una separación de 1 m entre hortaliza y hortaliza, y enterrando los brotes a una profundidad máxima de 2 cm.

Tipo de suelo

El Ruibarbo no es una hortaliza muy exigente, lo que permite ser plantado en cualquier tipo de suelo, incluso en aquellos con un pH muy ácido, aunque eso sí, deben ser suelos muy bien drenados y fertilizados con estiércol o compost orgánico.

Los Ruibarbos requieren de una gran cantidad de luz solar diaria, por lo que deberán ser plantados en lugares abiertos y bien iluminados.

Cuidados y mantenimiento

Para que el Ruibarbo se desarrolle adecuadamente, es necesario que durante el verano, la planta se encuentre húmeda, y en invierno, seca. En el caso de que el ambiente en verano esté muy reseco, colocaremos alrededor del tallo recortes de hierba o césped, los cuales, conseguirán retener la humedad.

Si deseamos acelerar unas pocas semanas el proceso de maduración de los Ruibarbos, cuando el invierno esté finalizando, deberemos cubrir las raíces del Ruibarbo con paja, colocando un tubo estrecho y alargado con un orificio en la parte superior, que cubra toda la planta a excepción de las hojas más superiores, de modo que la planta ante la ausencia de luz intente buscarla por el orificio, incrementando su altura mediante el desarrollo de su tallo.