EEUU exige a sus casinos luchar contra el fraude fiscal

Los casinos de EEUU podrían verse obligados a tener que investigar la procedencia del dinero de sus jugadores VIP, según lo estipulado en un requisito que será próximamente aprobado por el Departamento del Tesoro norteamericano, con el objetivo de combatir el blanqueo de capitales y la evasión fiscal.

Así pues, la medida se englobaría dentro de una iniciativa destinada a tratar los problemas de regulación y aplicación de la ley, ya que los delincuentes suelen emplear los casinos, que históricamente han sido ignorados de los controles financieros, para convertir el capital procedente de actividades delictivas en ingresos limpios.

Bajo la ley actual, se exige a los casinos que, únicamente, informen acerca de las actividades sospechosas, como por ejemplo, cuando un cliente emplea una gran suma de efectivo en comprar fichas, y tras poco tiempo de juego, cambia esas fichas en un cheque del casino. En ese ejemplo, los casinos si suelen comunicarlo a las autoridades.

No obstante, los propios casinos no están obligados a investigar el origen del capital, simplemente a informar de sus sospechas, por lo tanto, la nueva normativa, sí incluiría la obligatoriedad de dicha investigación, de modo que los casinos tendrían que proporcionar información acerca de aquellos clientes que realizaran transacciones internacionales elevadas, o bien, efectuaran grandes depósitos en efectivo.

Por su parte, el portavoz del FinCEN (Financial Crimes Enforcement Network), Steve Hudak, se negó a realizar declaración alguna acerca de la formulación futura de la normativa, sin embargo, sí quiso comentar que «el proceso de revisión se había ya iniciado», y que «tendría continuidad en el tiempo«.

Cabe mencionar que en septiembre de 2013, la directora del FinCEN, Jennifer Shasky Calvery, lanzó un duro mensaje a este respecto, durante una conferencia sobre la industria del juego: «Cuando determinados casinos afirman que sondean a sus clientes acerca de sus actividades fuera del casino, tengo la sensación de que creen que proteger a las instituciones públicas no es su responsabilidad. Únicamente se interesan acerca de las preferencias de sus clientes sobre el juego, sin embargo, muestran un comportamiento bastante negligente, en lo que respecta a sus obligaciones de identificar y comunicar cualquier tipo de actividad sospechosa«.