El fin de ciclo del PSOE provoca la espantada de los pesos pesados

Los políticos son unos animales realmente curiosos, al igual que los grandes empresarios que han hundido el sistema económico llamado capitalismo, tienen un instinto de supervivencia especialmente desarrollado.

La sensación de fin de ciclo del actual Gobierno de España y de la cúpula dirigente del PSOE ha provocado que numerosos pesos pesados, hasta hace poco tiempo afines inquebrantables de José Luis Rodríguez Zapatero, estén empezando a desmarcarse de la figura y del proyecto de Alfredo Pérez Rubalcaba, ante lo que sería una importante pérdida de imagen y credibilidad en un posible futuro político.

El último en abandonar el proyecto ha sido Alfonso Guerra, vice-secretario general del PSOE con Felipe González y presente en el Congreso desde 1977, y que tiene decidido no formar parte de las nuevas listas de candidatos al hemiciclo. Antes, José Bono y Elena Salgado (manda huevos como diría Trillo) han mostrado públicamente su desvinculación del nuevo proyecto socialista, previendo el desastre electoral que sufrirá el que hasta ahora era el número dos del Partido Socialista.

Ante los más que probables abandonos de otros altos dirigentes del partido, la responsable de la campaña electoral de Rubalcaba, confirmó con inusitada anticipación los nombres de Carme Chacón, Leire Pajín, Trinidad Jiménez y Rosa Aguilar como miembros de las listas electorales.

Resulta curioso que sólo se confirmen nombres de ministras, ya que los varones socialistas llevan semanas ignorando las peticiones del candidato Rubalcaba, del que piensan que ha pasado ya su tiempo y que si la gestión de Zapatero hubiera sido mínimamente salvable, jamás hubiera accedido al trono del partido.