El Parlamento de Cataluña ha decidido aprobar finalmente la modificación de la Ley de Centros Recreativos y Turísticos, por la cual, se concede «luz verde» al proyecto del Grupo Veremonte para construir el complejo BCN World.
En este sentido, la reforma prevé una importante rebaja fiscal del tipo impositivo aplicable a los casinos, que pasará del 55 al 10%, así como una mayor libertad urbanística.
El trámite parlamentario fue posible gracias a los votos de CiU y PSC, mientras que el PP aprobó la mayoría de la ley, excepto un bloque de artículos, entre ellos, el más importante, en el que se abstuvo. Por su parte, ERC optó por votar a favor del bloque de artículos menos comprometidos, pero rechazó el articulado referido a la fiscalidad y el urbanismo.
Así pues, la reforma de la ley garantiza las condiciones que Veremonte había establecido previamente como imprescindibles para rentabilizar el proyecto, donde por ejemplo, se prevé levantar un complejo turístico integrado por casinos, hoteles y una oferta comercial junto al parque temático de PortAventura, en Vila-seca y Salou (Tarragona).
El debate definitivo de la ley mantuvo la polarización de fuerzas que el proyecto ha protagonizado hasta este momento. Mientras que CiU, PSC y el PP dieron su apoyo por la posibilidad de transformar a Tarragona en un centro turístico mundial que contribuirá en la lucha contra el desempleo, el resto de grupos parlamentarios denunciaron que «la ley se aprueba como un traje a medida de Veremonte«.
Albert Batet, el diputado de CiU que defendió la tramitación de la ley, afirmó que «los miedos, las dudas y los interrogantes que ha suscitado el BCN World, son los mismos que se generaron en torno a la legislación que permitió la construcción del parque temático de PortAventura. Si hubiéramos votado así en 1989, no se hubiera construido PortAventura, el cual, es un modelo de éxito«.
Cabe mencionar que en el articulado de la ley se da vía libre para que el gobierno de la Generalitat establezca la superficie de suelo destinada a usos residenciales, hoteleros y de salas de juegos y apuestas, aunque con un límite del 30% de la superficie total del centro recreativo turístico. También se deberá aprobar un plan urbanístico en el que se tendrán que concretar la mayoría de los aspectos, haciéndolos coincidir con los elementos que condicionarán el concurso de las licencias para operar en los 6 casinos previstos para el recinto.
Así pues, las obras podrían empezar antes de fin de año, de forma que la primera fase del complejo pueda inaugurarse en 2017, con motivo de la celebración de los Juegos del Mediterráneo que tendrán lugar en Tarragona. Esta primera fase requerirá una inversión de 783 millones de euros, una sexta parte del total, la cual, será asumida en un 50% por los diversos inversores y Veremonte; y el otro 50% estará financiado por la banca asiática, con el objetivo de atraer a este tipo de público al BCN World.