Empresarios alemanes y el Deutsche Bahn se interesaron por la privatización de Renfe

Los empresarios germanos que acompañaron a Angela Merkel a la cumbre con Rajoy, tenían un objetivo muy claro: aprovechar la comprometida situación que viven ahora mismo multitud de empresas españolas para intentar comprarlas a un precio reducido. Deutsche Bank, el gigante del ferrocarril teutón, se interesó por la privatización de Renfe.

El Deutsche Bahn, mayor operador de transporte europeo con casi 300.000 empleados y que el año pasado facturó más de 38.000 millones de euros, mostró su interés por la privatización y compra de Renfe a través de altos directivos germanos que así se lo transmitieron a grandes empresarios españoles durante la Cumbre Hispano-Germana de Merkel en Madrid, hace hoy justo una semana.

La empresa pública del ferrocarril en Alemania ha visto en Renfe la gran oportunidad de ampliar su presencia en España. Dentro de sus principales objetivos se encuentran también el transporte de mercancías y el llamado “corredor del Mediterráneo“.

Altos cargos de la Administración de Merkel mantuvieron contactos con responsables directos de Fomento para conocer al detalle, los planes que maneja el Gobierno para liberalizar el transporte ferroviario público en España.

El intercambio de información e impresiones tuvo lugar durante el desarrollo de la cumbre, que reunió en Moncloa a los presidentes y consejeros delegados de las 100 empresas españolas y alemanas más punteras.

La delegación alemana dejó la impresión, y así lo han comentado fuentes presentes en las conversaciones, que la “locura colonizadora” de Alemania no se quedaría sólo con Renfe.

En Alemania no se olvidan del profundo castigo que han sufrido las empresas cotizadas españolas debido a los vaivenes de los mercados, y en especial, al incremento de la prima de riesgo debido al riesgo de invertir en España por la desastrosa situación financiera del Estado.

De este modo, la adquisición o participación en grandes compañías españolas resulta, en este preciso momento, una operación mucho más rentable que hace unos años, desde el punto de vista financiero, por lo que los inversores teutones van a intentar aprovecharse para “entrar en España a saco“, comprando todas las empresas o participaciones que puedan, en todos los sectores estratégicos del país.

Angela Merkel ya había puesto a Renfe en sus objetivos prioritarios antes de llegar a Madrid, ya que Bruselas ya había planteado a la ministra de Fomento, Ana Pastor, la privatización de empresas públicas, y precisamente, la de la compañía ferroviaria pública española, fue una de las exigencias de la Comisión Europea como contrapartida al préstamo financiero (no lo llaméis rescate) para España.

Fue Merkel quien impuso dicha condición, concretamente, por las presiones recibidas por parte de empresarios germanos, que ven ahora en España, las nuevas Américas.