Europa acuerda un nuevo modelo de rescate bancario. Los ciudadanos no pagarán más

Los ministros de Economía de la Europa monetaria (Ecofin) han decidido dar luz verde al proyecto de remodelación en la reestructuración y liquidación bancaria, en situaciones de rescate financiero, estableciendo qué acreedores deberán asumir las pérdidas y cuáles no.

Este nuevo modelo de rescate bancario europeo, consistirá primeramente en aplicar quitas obligatorias a determinados acreedores, antes de permitir la intervención del fondo de rescate europeo (MEDE), la cual, se realizará de forma indirecta a través del Estado correspondiente.

Los depósitos inferiores a 100.000 euros estarán absolutamente garantizados, mientras que aquellos que superen dicho importe y pertenezcan a Pymes y particulares, únicamente se les aplicarán quitas como último recurso.

La directiva europea fija, de este modo y por primera vez, un porcentaje mínimo de quita obligatorio que equivaldrá al 8% de los pasivos de la entidad financiera, garantizando que sean los accionistas y los acreedores los que hagan frente a la quiebra, y no los contribuyentes, como sucedía hasta ahora.

Una vez se aplique la quita obligatoria mencionada anteriormente, los Estados miembro dispondrán de la posibilidad de salvar a determinados acreedores de las quitas, aplicando un 5% de los pasivos totales.

En este caso, dichos rescates serán financiados mediante los Fondos de Resolución Nacionales, los cuales, obtendrán los fondos de las contribuciones de las propias entidades financieras.

En circunstancias especiales y a modo de excepción, la UE autorizará el uso de estos Fondos Públicos Nacionales y del MEDE, con el objetivo de que las acreedoras no pierdan completamente su inversión, lo que supone una puerta abierta a lo que ha sucedido en España, donde el préstamo se realiza al Estado computando como deuda pública, para que sea después éste, el que recapitalice a las entidades bancarias.

El objetivo final de este nuevo modelo consistirá en diferenciar claramente entre deuda bancaria y deuda soberana (aunque con excepciones, como no), como un primer paso para establecer la unión bancaria y evitar futuros fiascos como el reciente rescate bancario chipriota.