Invertir en CFDs. Rentabilidad y estrategias de inversión con CFDs.

La pregunta que nos planteamos es en qué consisten los CFDs, si resulta rentable invertir en ellos y si cualquier tipo de inversor puede llegar a obtener beneficios de manera fiable aplicando determinadas estrategias de inversión.

En primer lugar, resulta necesario definir los CFDs (Contratos por Diferencia) como derivados financieros cuyo activo subyacente engloba diferentes elementos: materias primas, acciones, futuros, índices bursátiles y por supuesto, divisas.

Es importante aclarar que el valor de un CFDs será distinto en función del activo subyacente que represente y la divisa con que se cotice, por lo tanto, las estrategias de inversión deben adaptarse según sea el caso.

La inversión en CFDs es una excelente oportunidad para aquellos inversores cortoplacistas que deseen obtener rápidos beneficios sobre mercados volátiles, ya que los CFDs permiten obtener beneficios con un depósito inferior al utilizado en el trading tradicional.

Para inversores principiantes, podemos aplicar 3 estrategias de inversión con CFDs distintas:

Hedging o estrategia de cobertura

Consiste en ejecutar una cobertura de posiciones existentes, tanto cortas como largas, donde renunciaríamos a un porcentaje del beneficio potencial a cambio de soportar un riesgo menor de nuestra inversión.

Pares activos con CFDs

Esta estrategia de inversión consiste en seleccionar 2 activos pertenecientes al mismo mercado e intentar determinar cuál va a ser el que supere al otro, abriendo por ejemplo, una posición larga en Telefónica y una posición corta en Vodafone, de este modo, independientemente de la dirección en la que vaya el mercado, el inversor siempre obtendrá un beneficio, reduciendo a su vez, la exposición del inversor cuando el mercado va en una única dirección.

Venta al descubierto con CFDs

Al contrario de lo que sucede con las operaciones tradicionales, la venta al descubierto consiste en que el inversor vende determinados activos para abrir la posición, aguarda un tiempo hasta que el precio de dichos activos descienda, y posteriormente vuelve a adquirirlos a un precio menor, obteniendo de ese modo, un beneficio por diferencia de precio entre la apertura y el cierre.