La compra de The Rational Group, empresa propietaria de las marcas de poker más reconocidas de la última década, Full Tilt y PokerStars, por parte del gigante del juego canadiense Amaya Gaming Group, debe entenderse como el penúltimo capítulo del culebrón que se iniciaba en 2006, con la aprobación de la «Ley Anti-Juego» norteamericana, la UIGEA.
Para comprender los motivos que se encuentran detrás de una operación que está siendo portada de la mayoría de medios informativos financieros del planeta, y que ha supuesto una operación de casi 5.000 millones de dólares, es necesario remontarse a mediados de 2006, cuando entraba en vigor la «Unlawful Internet Gambling Enforcement Act» (UIGEA), una ley que tenía por objetivo prohibir el juego online en EEUU a través de la prohibición de las transacciones económicas entre salas de juego y medios de pago online.
Por aquel entonces, en EEUU, como sucedía en casi todo el mundo, el juego online no disponía de una regulación específica, y el poker, con la victoria de Chris Moneymaker en el Campeonato del Mundo de 2003, abanderaba el crecimiento exponencial de este fenómeno social: el poker online. Empresas como Paradise Poker, PartyPoker o Pacifc Poker lideraban el mercado del juego online estadounidense, aunque PokerStars comenzaba a poner en cuestión ese liderazgo.
Tras la aprobación de la UIGEA, la mayoría de empresas de juego online que cotizaban en Bolsa, y que por lo tanto podían ver en peligro su supervivencia en caso de ser objetivo de la Justicia norteamericana, decidieron abandonar el mercado americano y dirigir su mirada hacia Latinoamérica, Europa o los países emergentes de Asia, mientras se camina hacia una legislación específica en Norteamérica.
Sin embargo, PokerStars, Full Tilt Poker y Absolute Poker decidieron ignorar las amenazas de la UIGEA, ya que entendían que dicha ley no les impedía seguir operando, por lo que de este, consiguieron convertirse en la única oferta de poker online en el país.
Sin apenas competidores internacionales, PokerStars y Full Tilt Poker (que en aquel momento eran rivales) se enzarzaron en una batalla sin cuartel por liderar el mercado y captar la mayor cantidad posible de jugadores. Eran tiempos de una enorme inversión en marketing, patrocinio de jugadores, producciones televisivas, etc….
Sin embargo, todo pareció dar un giro de 180º cuando el 15 de abril de 2011, el conocido como «Black Friday», los directivos de estas empresas fueron acusados de violar una ley federal durante 5 años y haberse lucrado haciendo uso también de tácticas de ingeniería financiera no autorizadas. La persona que estaba en el centro de todas las acusaciones era el fundador y propietario de PokerStarts, Isai Scheinberg.
A raíz de este proceso penal, la petición de penas elevadas, e incluso, la encarcelación de directivos de estos operadores (PokerStars, Full Tilt Poker y Absolute Poker) hizo que el poker online desapareciera totalmente de EEUU, provocando que millones de jugadores perdieron los depósitos que tenían en sus cuentas de usuario.
La situación era extremadamente grave para las compañías afectadas, ya que en esos momentos se estaban firmando los acuerdos estratégicos destinados a operar en los estados donde el juego online ya estaba a punto de regularse (Nevada, Nueva Jersey y California), donde PokerStars estaba fuera de cualquier posibilidad de negociación.
Fue entonces cuando una negociación entre el Departamento de Justicia de EEUU y PokerStars, provocó que ésta comprase Full Tilt Poker, a cambio de hacerse responsable también de los fondos de sus jugadores y de las multas contraídas con el Tesoro americano.
De este modo, dicha operación hizo que el 2012 se presentara como decisivo para la regulación del sector en EEUU, y por extensión en el futuro de todos los mercados de juego online del mundo. La unión de los dos operadores de poker más importantes del mundo, se iba a convertir en una amenaza para la mayoría de los operadores del mundo. Sin embargo, uno de los puntos claves del acuerdo consistía en que el propio Isai Scheinberg no debía ser la cabeza visible del proyecto y que las sanciones por haber operado en EEUU mientras estaba en vigor la UIGEA no iban a eliminarse, por lo que la imagen de ambas empresas quedaba limpia a la hora de negociar con empresas de juego presenciales americanas.
Fue entonces cuando, en palabras de Sheldon Adelson, el futuro del poker online y, por extensión, del juego online, no estaban garantizados en EEUU.
Es por todo esto, que la operación de compra por parte de Amaya Gaming Group vuelve a traer un escenario muy optimista de cara al futuro del juego online. Y es que una adquisición valorada en 4.900 millones de dólares por parte de una empresa tan establecida en el mercado como lo es Amaya Gaming, nos hace ver que un mercado del juego regulado americano puede llegar a ser en un futuro no sólo una realidad, sino también, una realidad rentable.
No hay duda que el trabajo de posicionamiento que ha llevado a cabo Amaya Gaming en los últimos años y que lo han convertido en uno de los principales actores en el mercado americano, adquiere con la compra de estas dos marcas, PokerStars y Full Tilt Poker, todo el sentido del mundo.
Por si fuera poco, parece que la estrategia de Amaya Gaming respecto a Full Tilt Poker, consiste en seguir apostando por incluir juegos de casino en su oferta de juego, algo de lo que hasta ahora dicha empresa era líder, y que al mismo tiempo, se plantea la posibilidad de incluir otras ofertas de juego como las apuestas deportivas.