Pantomima en Alsasua con la representación de un falso Rey acompañado de banderas nazis y falangistas

Hace unos días, el Ayuntamiento de Alsasua (Bildu) autorizó la representación de un “desfile militar” con la presencia de un vecino disfrazado del rey Don Juan Carlos, y demás figurantes vestidos como guardias civiles, agitando banderas falangistas e incluso nazis.

En la marcha acontecida por las calles participaron cientos de vecinos del municipio, y donde el “protagonista principal”, fue un vecino disfrazado de rey Don Juan Carlos, el cual, realizó un “discurso” desde el balcón del consistorio.

Al acto, que tuvo lugar el pasado día 3 de septiembre, lo denominaron “El discurso del Rey”, en referencia a la oscarizada película, y tenía por objetivo denunciar “la asfixiante presencia de los diferentes cuerpos policiales en Alsasua”.

Al final de la representación, tres individuos encapuchados descendieron de la azotea del ayuntamiento y desplegaron una gran pancarta en la que se afirmaba: “Que se vayan a hacer ostias”, donde el tricornio de la Guardia Civil y la boina roja de los policías forales aparecían totalmente tachados.

Tras la conclusión, los organizadores del evento explicaron: “Tenemos la esperanza de que las diferentes fuerzas policiales no tengan dudas de que aquí, ni se les quiere ni se les necesita”.

Dicho espectáculo fue organizado con fines recaudatorios, que permitieran abonar las multas que los vecinos de Alsasua tienen contraída con la administración pública, y que según ellos, asciende a un total de 10.000 euros.

No obstante, veamos cómo se desarrolló la cronología aquel sábado de septiembre en este municipio.

A las 13 horas y en la plaza principal, se produjo la “parada militar”. Cientos de vecinos se habían caracterizado de falangistas, de legionarios, de policías forales o de guardias civil, donde cada uno fue saludando militarmente a un supuesto rey Don Juan Carlos, el cual, se trataba de un vecino con un traje militar de gala como el del monarca, que incluía además un “fajín de capitán general”.

Resultaba curioso como se encargaron de cuidar hasta el mínimo detalle, donde el rey portaba sus guantes blancos y a su lado, se encontraban agentes con pasamontañas, guardias civiles con su tricornio y los ertzainas con su txapela.

A las 14.30 horas, se realizó el “convite oficial“. Los vecinos que así lo desearan, podían acudir a un almuerzo “presidido por el falso rey”. Mientras tanto, en un parque cercano, algunos de los vecinos disfrazados simulaban realizar maniobras militares, como correr por ruedas de vehículo, encaramarse a andamios y arrastrarse por debajo de una alambrada.

A las 18.30 horas, tuvo lugar el “desfile militar”. Los agentes uniformados desfilaron por las calles de Alsasua. Al frente de todos, el “falso rey”, subido en un potente vehículo junto a sus escoltas. Además, la comitiva estaba encabezada por dos individuos que portaban una bandera preconstitucional y otra nazi.

Acto seguido y en el balcón del ayuntamiento, el “rey” pronunció, ante una plaza rebosante de gente, un discurso en el que alababa, irónicamente, el desempeño de los policías y guardias civiles en el municipio. Estas fueron sus palabras:

Demos la enhorabuena a los gloriosos cuerpos de seguridad aquí representados como la policía foral, la legión y, cómo no, la sempiterna guardia civil. Gracias a su incansable labor, no hay drogas en el pueblo. Gracias a su encomiable esfuerzo, todas las entradas y salidas del pueblo están más vigiladas y son más seguras. Y la Casa de la Juventud, (conocida como gaztetxe), se encuentra controlada día y noche”.

Tenemos la potestad de conservar el orden reprimiendo y excluyendo a todos esos bárbaros librepensadores que creen que pueden dirigir su destino por ellos mismos. Nunca permitiremos que sin nosotros establezcan su democracia del caos y el desorden. ¡Viva España! ¡Viva el rey! ¡Viva el orden y la ley! ¡Arriba España, una, grande y libre!”.