Preocupación en el Real Madrid ante la falta de soluciones tácticas de Mourinho

Desde hace tiempo, la asignatura pendiente del Real Madrid es el ataque estático, es decir, la circulación de balón y la generación de espacios cuando el rival dispone a todo su equipo detrás del balón. Los jugadores blancos se muestran preocupados ante la falta de soluciones futbolísticas de Mourinho.

En numerosas ocasiones ha conseguido tumbar el “autobús rival” a embestidas, pero hoy no, ya que cuando faltan los espacios, hay que incrementar la movilidad de los jugadores, las basculaciones tanto ofensivas como defensivas y apostar por la asociación en corto y en largo (características que no son especialmente reseñables en el Real).

Prefiero no juzgar las alineaciones presentadas por Mourinho durante esta semana, pese a que en los dos últimos partidos permiten todo tipo de especulaciones, pero prefiero centrarme en el análisis puramente táctico.

El principal problema con el que se encontró fue el sellamientos de los pasillos interiores por parte del Racing, que el Real Madrid no supo incidir por fuera para intentar generarlos, y no me refiero a centros y remates, sino a obligar a las defensas rivales a ensancharse con la presencia de hombres importantes en banda, para que así pudieran aprovecharlo los jugadores de 2º línea y percutir en la portería rival. (Ronaldo de segunda punta con callejón en banda…).

Además de la inexistente presión a la primera línea del rival, errores individuales como los de Carvalho, que sigue cometiendo errores tremendos en la anticipación y en el mando de la defensa, Marcelo que sigue cometiendo los mismos errores posicionales pese a que sus internadas por banda provocan superioridades en el centro del campo, y Xabi Alonso cuyo repertorio es tan brillante técnicamente como unidireccional, diagonal desde el lateral derecho hasta el extremo izquierdo como único recurso para batir líneas.

La falta de asociación en el juego del equipo merengue es su mal endémico, no es cosa de Mourinho, lleva muchos años instalado, su frenético ritmo de juego basado en embestida tras embestida, te vale en tu estadio, contra rivales que vienen a por ti o cuando lo combinas con una presión asfixiante en primera línea provocas el error del rival (Mourinho en ese arte es el maestro).

Por lo tanto, tengo la sensación de que el equipo se encuentra en inmerso en una tormenta emocional que bordea el desquiciamiento, y que Mourinho está fallando al no tener en cuenta que la mente de un futbolista vale más que su piernas, y en este caso, el Real necesita paz y no más guerra.