Principales enfermedades de un Rosal

Los Rosales (Rosa spp.) son una de las plantas que más belleza pueden ofrecer a la hora de decorar un jardín, ya que sin duda sus flores son de las más hermosas y aromáticas que se pueden encontrar.

A pesar de ello, el Rosal es muy sensible, por lo que es necesario prestarle mucha atención en lo que a los cuidados básicos se refiere, ya que de lo contrario, podría verse expuesto a diversas plagas y enfermedades.

Veamos a continuación cuáles son las principales enfermedades y plagas que atacan al Rosal:

Oídio

También conocido como mal blanco, es una de las enfermedades fúngicas más comunes. Se caracteriza por provocar la aparición de polvo blanquecino en las hojas, tallo, e incluso, en las flores del Rosal. Según va desarrollándose, aparecen manchas amarillentas y las hojas se secan, provocando la defoliación de la planta.

Mildiu

Es otra enfermedad de origen fúngico similar al oídio, pero más difícil de tratar. Este hongo provoca que aparezcan manchas amarillentas en las hojas del Rosal, las cuales, con el paso del tiempo se vuelven negruzcas, provocando la caída de las hojas.

Roya

Se caracteriza por la aparición de bultos de color anaranjado en el envés de las hojas y en el tallo del Rosal. Es otra enfermedad provocada por un hongo, por lo que se ha de tratar de forma similar al oídio y al mildiu.

Pulgones

Son insectos que se alimentan de la savia de la planta, por lo que si no son tratados a tiempo provocan el debilitamiento de la misma, haciendo que las hojas pierdan su tersura. Además, estos insectos segregan una especie de melaza, un rico manjar que atrae a las hormigas y que puede dar pie a que ciertos hongos aparezcan en el Rosal.

Cochinilla

Este insecto se puede observar a simple vista, así como los síntomas claros del ataque del mismo. En este caso, también encontramos la melaza en las hojas, así como costras de color blanco u ocre, y un follaje descolorido.

Mosca del Rosal

Las larvas de este insecto son las encargadas de devorar las hojas del Rosal, comenzando desde el borde al interior de las mismas. Si no se observase a tiempo este fenómeno, acabaría sin duda con la vida del Rosal.