La anatomía del caballo es, sin duda, una de las características principales por las que puede padecer esta afección, el Cólico Equino.
Al poseer un aparato digestivo tan largo, los ligamentos que lo suspenden cuentan con mucho espacio, y por lo tanto, el cólico se produce cuando los intestinos se mueven y dichos ligamentos se torsionan.
El Cólico Equino es una enfermedad muy peligrosa, que si no se trata a tiempo, puede provocar incluso la muerte del caballo. Si observamos que nuestro caballo presenta los síntomas de un cólico, deberemos acudir urgentemente a un veterinario especialista en caballos.
Diagnóstico del Cólico Equino
Resulta muy sencillo detectar que un caballo está sufriendo un cólico, ya que los síntomas que muestra son evidentes.
En este caso, el caballo no parará de moverse y se mostrará enormemente inquieto, tumbándose, levantándose y revolcándose por la cuadra constantemente. Además, el animal no podrá defecar ni orinar y continuamente se estará mirando el flanco dolorido.
Prevención del Cólico Equino
El ejercicio resulta esencial para prevenirlo, por lo que deberemos marchar con nuestro caballo una o dos horas como mínimo cada día, asegurándonos siempre de mantener los cascos del caballo en buen estado.
Si tenemos pensado efectuar un viaje largo con el animal, deberemos intentar no superar las cuatro horas seguidas de viaje, ya que ante todo, es necesario evitar que se estrese, para lo cual, podremos hablarle y acariciarle durante los descansos, bajándolo del remolque si lo vemos nervioso.
Por último, debemos asegurarnos de que su dentadura se encuentre en perfectas condiciones, ya que esto permitirá una masticación correcta, y por tanto, un menor trabajo para los intestinos y el aparato digestivo a la hora de digerir el alimento.
Así pues, la prevención de los Cólicos Equinos resulta esencial para evitar la aparición de esta afección, y para llevarla a cabo, es fundamental llevar un control estricto de la salud, la higiene y alimentación de nuestro caballo.