Socialización del gato

La socialización del gato es un periodo muy importante en su vida, ya que de ello dependerá que su conducta sea de una manera o de otra. Si se desea tener un gato cuyo carácter sea afable y cariñoso, será fundamental socializarlo y educarlo de forma adecuada en el momento preciso.

El periodo para socializar a los gatos, es muy corto, abarcando desde la semana 4 a la 16. Por norma general, cuando se adquiere un gato, éste tendrá entre 8 a 12 semanas de vida, por lo que en ese caso, se dispondrá de poco tiempo para llevar a cabo una socialización adecuada.

Los aspectos que se deben tener en cuenta para que los gatos tengan una socialización completa y correcta, se pueden dividir en diferentes fases:

Socialización con otros gatos

El primer contacto de un gato con otros seres vivos, debe ser con su madre y sus hermanos, con los que aprenderá a comportarse de forma adecuada, evitando juegos bruscos y un comportamiento agresivo. Lo normal es dejar que el gato esté con ellos hasta las 6 u 8 semanas de vida.

Socialización con personas

Para que exista un vínculo de afecto entre gato y humano, es aconsejable acariciar al gato de forma suave todos los días, pero sin llegar a agobiarle. Es conveniente también, que todas las personas de la casa que vayan a tener relación con él, hagan lo mismo, para que cuando crezca, no tenga miedo a los extraños, y muestre una actitud extrovertida con cualquier visitante.

Socialización con otros animales

Si en un futuro se desea que el gato conviva con otros animales, será necesario ofrecerle experiencias positivas con diferentes animales (perros, pájaros, etc…) para que no les tenga miedo, ni los considere una amenaza.

Socialización con niños

Para los gatos, los niños son como una especie distinta a los adultos, son más torpes y hacen ruidos extraños para ellos, por lo que es preciso socializarlos cuanto antes mejor, y así evitar consecuencias no deseadas.

Familiarización con estímulos externos

Una casa está llena de ruidos que el gato desconoce y le pueden causar miedo. Para evitar esto, y que el gato se adapte más fácilmente a los cambios, es preciso acostumbrarlo a los ruidos de la casa poco a poco, y enseñarle que no son peligrosos.

Del mismo modo, se le debe acostumbrar a ser cogido y a ir en el transportín, forrando el mismo con alguna de las mantas que tenga para él habitualmente, de esta manera, lo considerará como un elemento más de la casa, y no algo ajeno y peligroso.

Así pues y siguiendo estas pautas, el comportamiento del gato cuando sea adulto será amistoso y extrovertido hacia otras personas y animales, generando un ambiente de confianza y bienestar para todos.